Mauricio Damián Ríos es uno de los imputados por la usurpación de una mansión en Cariló. Se trata de un empresario marplatense al que se lo vincula con el ex chofer kirchnerista, Rudy Ulloa.
La historia de la usurpación de una suntuosa vivienda de Cariló sacó del anonimato a varios marplatenses y en particular a uno de ellos, acaso el mayor aficionado a la ostentación de todos ellos: el controvertido empresario Mauricio Ríos.
Todo trascendió semanas atrás cuando una mujer, cansada de que la justicia de Pinamar (en verdad en el departamento judicial de Dolores) no le diera respuesta a su denuncia de principio de años, decidió recurrir a la política. Una reunión con el intendente Martín Yeza y el contacto con el secretario de seguridad Lucas Ventoso surtieron algo de efecto en el fiscal Eduardo Elizarraga que aceleró la investigación.
El 5 de enero del año actual, Viviana Villena, con domicilio de residencia en Bella Vista, fue a Cariló a la casa de la calle Leñatero al 500 y se asombró al verla usurpada. Quien estaba allí como “inquilino” era un marplatense llamado José María Espil, de 75 años, domiciliado en Frencho al 3900, el menos era quien figuraba en un precario contrato de alquiler. Otros marplatenses, según pudo conocerse de fuentes judiciales, que aparecían como ocupantes de la casa eran Paul Echeverri, María Elgero y Luciano Martínez.
El intendente y su secretario de seguridad cuestionaron duramente el fiscal Elizarraga porque recién a principios de noviembre, cuando los medios de comunicación informaron sobre la llamativa historia, reactivó el expediente judicial.
“Nosotros en 8 horas averiguamos todo y pudimos saber quién estaba detrás de todo esto, o al menos quién es esa persona que dicen que es el responsable”, dijo Ventoso.
Esa persona a la que hacía referencia era Mauricio Ríos, un controvertido empresario marplatense que tuvo la explotación del balneario “Abrcadabra” y que hasta hace algún tiempo atrás fue dueño del restaurant “Lo de Mauri”.
Ríos está vinculado a la política a través de sus lazos, según refieren distintas averiguaciones periodísticas, con Rudy Ulloa, aquel colaborador cercano de Néstor Kirchner que desarrolló una alta capacidad para ganar dinero y se transformó en millonario en unos pocos años. A Ríos se lo señala como posible “testaferro” de Ulloa.
Ahora Ríos pasó a estar imputado junto a las demás personas involucradas y en los próximos días deberá presentarse y ponerse a derecho en audiencias fijadas por el fiscal Elizarraga.
Lo extraordinario de esta usurpación es que los ocupantes modificaron la casa como si fuera propia y además la pintaron de un rosa chillón que, lejos de disimular la actividad ilegal que desarrollaban, no hacía más que ponerlos en boca de todos los vecinos de Cariló.
“La usaron durante todo el año como un quincho de fin de semana, viniéndose desde Mar del Plata”, dijo Ventoso a medios pinamarenses.
La historia de Ríos
El allanamiento de la casa y su desalojo se produjo el 4 de noviembre pero cuando el personal policial fue al lugar solo encontró a un cuidador. Los ocupas habían escapado e incluso habían dejado una camioneta Jeep, que luego se constató que era “melliza”.
Ríos aparece en una fotografía dentro del despacho del ex intendente Carlos Arroyo, en ocasión de una visita en la que se demuestra una, al menos, momentánea armonía. Pero sus vínculos más poderosos fueron con el kirchnerismo según se informó en los últimos años. De hecho, años atrás se le atribuye haber sido receptor de la transferencia de un supermercado de Río Gallegos para que pasara a ser de su propiedad. En ese momento Ríos era un monotributista sin experiencia en el rubro supermercadista y con ingresos de 25 mil pesos anuales.
A partir de esa cesión comercial se lo relacionó siempre a Ríos con un rol de “testaferro”, aunque esto jamás se pudo comprobar en el ámbito judicial. Esa cercanía al kirchnerismo hizo que algunos medios periodísticos opuestos a dicho espacio político se interesaran más en su historia y revelaran algunas cuestiones grises de Ríos, como por ejemplo que tiene un historial de 721 cheques rechazados por casi 20 millones de pesos, que su gestión al frente del balneario Abracadabra fue mala en términos de compromiso laboral con los empleados (guardavidas fueron un punto de conflicto) y que su parrilla “Lo de Mauri” debió ser cerrada por irregularidades.
Ahora Ríos afronta dos causas en Pinamar, una por usurpación y otra para aclarar el origen de la camioneta Jeep secuestrada durante el desalojo de la “casa rosada”.